jueves, 20 de marzo de 2008

Superstar, de nombre Jesucristo

Uf! me parece que me va a costar ir actualizando el blog... ya que no siempre tengo algo que contar.
Pero ahora, coincidiendo con la Semana Santa, quisiera hablar de Jesús de Nazaret. No, no os asustéis, muchos sabéis que no soy creyente, pero siento una atracción extraña hacia aquel profeta judío que se autoproclamó hijo de Dios en la Galilea del Emperador Romano Tiberio. Una aproximación que me gusta mucho es la que hace wikipedia sobre el personaje, en la que relata la vida según los evangelios y qué otras fuentes históricas hablan de él.
Supongo que todo viene gracias a esas semanas santas en casa, mirando clásicos como Ben-Hur (que la tendría que volver a ver), Rey de Reyes (con Carmen Sevilla, sic!), Quo Vadis (enorrrme Peter Ustinov) o el Jesús de Nazaret de Zeffirelli.
Aunque nunca me interesaron sus milagros (por eso no paso), siempre me ha fascinado la capacidad que tuvo él, sus apóstoles y sus seguidores de cambiar el mundo establecido y definir para siempre lo que conocemos como cultura occidental.
Dejando el tema de la Fe y la comprobación histórico-empírica de su existencia, cómo puede ser que un personaje (dicho con todas sus acepciones) y sus simpatizantes llegasen tan lejos, contribuyendo (porque hubo muchas más razones) a debilitar y dividir un Imperio tan poderoso como el romano. Y diría más, que todas las guerras, conflictos y genocidios que vinieron desde entonces hasta prácticamente nuestros días (en cierta medida) fueron causa o producto del fanatismo en la religión cristiana (léase las cruzadas, la inquisición, los colonialismos...).
Si creéis que exagero, un apunte más, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 es un producto de pasar por el túrmix los diez mandamientos de Moisés con lo que predicaron Jesús, Pablo y Pedro.

Recuerdo una vez, después de un examen de demografía del siempre original y no menos polémico profesor Mendizábal, una de las alumnas objetó: "Si no creo en Dios, ¿cómo quería que respondiese bien esta pregunta?". La pregunta en cuestión era que hiciéramos un comentario de una viñeta del humorista Perich en la que se leía "Si al cielo van los hombres de bien, ¿dónde irán los ricos?". La exaltada alumna no entendió (y así se lo hizo entender el Dr. Mendizábal) que con esa pregunta tenía que hacer una disertación sobre las diferencias demográficas entre el Norte y el Sur económicos, los países ricos y los países pobres. O no. Así eran los exámenes del profesor Mendizábal.

Con esto quiero decir que no tenemos que ignorar la carga judeo-cristiana de nuestra sociedad, de nuestra cultura y que no hay que confundir la Fe con la cultura... aunque grandes obras de arte también ha dado el ser humano en nombre de la Fe (catedrales góticas, el Renacimiento Italiano o el Gótico Español...).

A todo esto, este finde me daré un atracón de Jesús con La Pasión de Cristo de Mel Gibson (genialmente pasional) y Jesucristo Superstar (versión humana de Jesús con música setentera única). Amén.

1 comentario:

Albert P. dijo...

Molt bé castís, només tú podies escriure sobre películes semana santeras......està molt bé, pero trobo a faltar una mica de tomate, jejeje.
Segueix així, que hi ha gent que et seguim.