lunes, 7 de abril de 2008

Que visquin els nuvis!

Este fin de semana hemos ido a Lleida a la celebración de la boda de Esther, amiga de la infancia de Anna. La maratón.
Misa a las 12h, a las 14:30h aperitivo abundante, a las 15:30h empieza la comida con medio bogavante, risas, trío de swing, aplausos, vino Raimat, sorbetes, vivan los novios!, ternasco, mariachi, regalos, vergüenza ajena, postre, pastel... ¡y nos vimos haciendo el café a las 20h! ¡una bacanal gastronómica nada desdichable!
En ese momento, baile de honor con los recién casados luciendo una coreografía al son de la canción de La Máscara del Zorro, momento emocionante, todo hay que decirlo y luego, unas animadoras salseras para mover el cucu y arrimar la cebolleta... Y que empiece la barra libre! Con lo típico: hombres descamisados, corbatas a lo rambo, mejillas coloradas, chicas con el richi deshecho, pies hinchados, conga o trenecito, resbalones, viejos con jovencitas, jóvenes con mayorcitas, tíos-que-no-bailan-cubata-en-mano, mujeres con chal a-lo-Massiel, tíos-que-bailan-sin-ritmo, un chiki-chiki, corazón latino, salomé, lloraré las penas, otro chiki-chiki, Carlinhos Brown, Bustamante, Bisbal, Melendi y oootro chiki-chiki...
Hacia las 22h sacaron un carrito con fruta, pizzas, donuts, chocolate con churros por si a alguien le cabía algo en el buche. Después, cuando se acabó la fiesta (1:30h) arrasamos (literalmente) con el carrito. Y es cuando llegó ese momento surrealista de "I ara, on anem?" los más borrachos se apuntaban a lo que fuera, los que menos, a un sitio que hubiera música para bailar y los que tenían suficiente, un taxi para ir a casa.
Al final acabamos en el menos glamouroso de los locales (el Cotton Club) que vendría a ser una sala Apolo a la lleidatana. Un par de djs haciendo ruiditos y una chica cantando a-lo-Goldfrapp era demasiado alternativo hasta para los que se apuntaban a lo que fuera.
Con todo, a las 4 en la cama, agotadísimos.

Conclusión: no quiero que mi boda sea así.
Obviando el hecho de que no tenemos intención de casarnos (algo importante), si se da el momento en que lo hagamos:
Primero, no lo haremos por la iglesia católica (no descarto otro rito más divertido), segundo, no creo que hagamos el banquete en un salón de banquetes....
En un día de delirio, Anna y yo pensamos que nos gustaría hacerlo en una casa rural, con una gran barbacoa, ensaladas, patatas asadas, un amigo de pinchadiscos y sin trajes de comercial ni vestidos con cuello-princesa-Letizia ni cardados ni zapatos de tacón... una fiesta como tiene que ser, una fiesta de los incondicionales y la familia. No estaría mal...

Anna, ¿cuándo nos casamos?

Je, je.... es broma.

1 comentario:

Anna dijo...

Ah, pero recorda que fins que no nem a Paris no m'ho pots demanar...je,je